No, no soy quién parezco ser. Tampoco soy quién quiero ser ni quién quieren que sea.
Soy solo yo. Una chica rubia, más alta de lo que le gustaría, con unos ojos azules que no tienen nada de especial y una personalidad que no tiene nada que envidiarle a ninguna otra, pero sabes ¿qué?
Que me gusta ser como soy, me gusta ser una más y destacar solo por mis muchos defectos y mis escasas virtudes. Porque soy como soy, pero me gusta serlo.
Me gusta oír música de piano, leer libros de fantasía, tener los cajones del armario repletos de ropa, bailar bajo la lluvia, correr como una loca y tropezar. Sí, me gusta tropezar y caer, porque sé que siempre tendré a alguien que me ofrezca su mano para levantarme y eso es la mayor satisfacción que una chica como yo puede obtener. Saber que por mucho que caiga y se equivoque, tendrá personas a su lado que la ayudarán a seguir avanzando con o sin caídas.
Por este motivo, y no por ningún otro, me siento afortunada.
1 comentario:
Que bonito :)
Sientete afortunada Wendy. Tu eres tu con tis circustancias. todos somos parecidos pero distintos :)
Besitos de Azucar!
Publicar un comentario